KING KONG (1933)
Exposición de imágenes y carteles de una joya del CINE
(Dedicada con especial cariño a Fay Wray, donde quiera que esté)




Fay Wray

 

Esta bonita selección de imágenes y carteles la incluyo en mi viejo desván en agradecimiento a la película que más me ha impresionado de todas cuantas he visto. Han pasado más de 75 años desde su estreno y algunos quisieron mejorar la vieja versión, pero los avances tecnológicos no han conseguido superar el irresistible encanto de la original.

No se trata solamente de una gran película de aventuras, sino de una historia de amor tan bella como imposible. El mito de "La bella y la bestia" representado de una manera singular. Un guión perfecto, una dirección excelente y unos actores sobrios y eficaces, hacen que no reparemos en unos efectos especiales que, naturalmente, no tienen nada que ver con los de hoy en día, pero esto poco importa porque nos encontramos ante una auténtica maravilla de la historia del CINE.


Dedicado a FAY WRAY, donde quiera que esté.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En presencia de Englehorm, capitán del Venture, Carl Denham, un director de cine especializado en rodar películas de aventuras en plena jungla, expresa su malestrar a su agente teatral por no haberle podido encontrar una actriz capaz de zarpar a la mañana siguiente sin preocuparse por el destino de un viaje que se prevé sumamente arriesgado.  Prueba de ello, es la cantidad de hombres y armamento con que cuentan para afrontar la empresa.


 

 

 


Poco antes de la llegada del agente teatral, Carl Denham explicaba al Capitan del Venture las razones para zarpar lo antes posible.  La gran cantidad de armamento y bombas de gas que llevan consigo puede hacer sospechar a la policía del puerto si alguien de la tripulación lo ha difundido por ahí.

 

 

 

 

 

Carl Denham encuentra a las pocas horas la actriz que busca en la joven Ann Darrow que, víctima del hambre y demás necesidades básicas provocados por la gran depresión que azota New York, acaba de robar una manzana.  Denham impide su arresto pocos segundos antes de que la joven se desmaye, víctima de la extrema debilidad acumulada en los últimos días.


 

 

 

Denham convence a Ann para zarpar a bordo del Venture con el objeto de rodar una película de aventuras en un lugar lejano.


 

 

 

Por fin, el Venture zarpa a la hora en que Carl Denham quería.  Atras queda Nueva York, una ciudad castigada por la gran crisis económica de 1929.


 

 

 


Según confiesa Carl Denham al capitán del Venture, una misteriosa isla con forma de calavera que no aparece en ningún mapa conocido, fue cartografiada por un capitán noruego a partir de la descripción de un indígena moribundo tras haber naufragado con su canoa.  La isla estaría dividida por un gran muro milenario que la población se encarga de restaurar continuamente para protegerse de un peligro que habita al otro lado.  Una especie de dios o espíritu que los indígenas temen y que llaman Kong.   Algo que los marineros llevarían escuchando desde hace mucho tiempo y que la mayoría supone que se trata de una superstición más.   Esta isla se encontraría en el Océano Índico, al suroeste de Sumatra:  "Skull Island" (Isla Calavera).



 

 


De viaje a la misteriosa isla, Carl Denham aprovecha un momento de buena luz para realizar ensayos con Ann Darrow en la cubierta del Venture.


 

 

 


Tras varios días de viaje, entre la espesa niebla se escucha el sonido de unos tambores que les avisa de que se están aproximando a "Skull Island" (Isla Calavera).



 

 

 

 


Cuando por fin levanta la niebla, puede verse claramente la isla con una gran muralla que la divide en dos partes, tal y como mostraba el mapa cartografiado por aquel capitán noruego partiendo de las indicaciones del índígena poco antes de morir.




 

 

 

De izquierda a derecha: El Capitán Englehorn, Carl Denham, el Primer Oficial del Venture (Jack Driscoll) y Anne Darrow. El momento de conocer el lugar elegido por Denham para el rodaje de su película, ha llegado.


 

 

 

Nuestros protagonistas, acompañados de algunos miembros de la tripulación, se acercan a la playa.


 

 

 


El sonido de los tambores se escucha de nuevo y parece venir de muy cerca de la playa donde pone pie la expedición del Venture con Carl Denham y el Capitán Englehorn a la cabeza.






 

Efectivamete, el poblado indígena se encuentra a pocos metros de la playa y los miembros de la expedición se acerca a averiguar el motivo de los tambores.


 

 

 

Lo que ven les deja helados. Todo el poblado está congregado al pie de la gran muralla que separa la isla y asistiendo a lo que parece ser un sacrificio humano a algún dios desconocido para los miembros de la tripulación del Venture.


 

 

 

Carl Denham no pierde un segundo en comenzar a rodar algo que en el mundo occidental puede resultar de un valor incalculable. Algo nunca visto hasta entonces en las películas dirigidas hasta la fecha por el intrépido director porque, esta vez, se trata de imágenes reales de un acontecimiento insólito.


 

 

 

La mujer que preparan para el sacrificio es casi una niña.  Al parecer, será ofrecida a su dios o al ser que habita al otro lado de la muralla.


 

 

 

Carl Denham no puede evitar posicionarse mucho mejor para rodar pero... arriesgándose a que lo vean los indígenas.


 

 

 

Es precisamente lo que ocurre.  El jefe del poblado es quien lo ha visto y ordena interrumpir la ceremonia.


 

 

 

Alertados por su jefe, toda la tribu se vuelve hacia donde está Carl Denham y el resto de expedicionarios.


 

 

 


Aparentando calma, esperan comprobar la reacción de los indígenas tras recibir una visita que no esperaban y que ha interrumpido el sacrificio de la joven indígena.

 

 

 

 

 


Los expedicionarios tendrán que entenderse con los indígenas gracias al conocimiento por parte del Capitán Englehorn de algún dialecto de esta parte de las Indias Orientales.




 

 

 

Jack Driscoll protege a Ann Darrow. En realidad, es algo que ha venido haciendo desde hace días, aunque lo disimulara.


 

 

 


El Capitán dice al jefe de la tribu que son "amigos" pero el indígena ya ha clavado los ojos en Ann.  A continuación, les dice que la mujer de oro será un buen regalo para Kong.  Ofrece seis mujeres por ella. Tras la negativa, muy pendientes de sus armas, se retiran despacio hasta la barca que les llevará a bordo del Venture.


 

 

 

 


Una vez a bordo del Venture, Jack Driscoll confiesa a Ann Darrow haber temido por ella en la Isla.  La situación vivida al interrumpir el sacrificio que los indígenas estaban llevando a cabo, podía haber terminado mal. Piensa también que Carl Denham no tenía que haberla puesto en peligro llevándola con ellos.

 

 

 

 


Como era de esperar, el Primer Oficial del Venture se ha enamorado de Ann Darrow.  Tras su primero beso, ella se queda un rato en cubierta disfrutando del momento en la noche.

 

 

 

 

Unas canoas se han acercado silenciosamente al Venture con el objetivo de raptar a Ann. El jefe de la tribu no ha olvidado a la "mujer de oro" para regalarla al misterioso ser que llaman "Kong" y que, al parecer, habita al otro lado del gran muro que divide la isla en dos partes.


 

 

 


Los indígenas saben que tiene que llevar a cabo el sacrificio de la "mujer de oro" con rapidez porque, cuando los tripulantes del Venture descubran el rapto, acudirán al rescate.



 

 

 

 

Han pasado varios minutos desde el rapto de Ann, cuando Carl Denham y el Capitán Englehorn, ajenos a lo sucedido en el barco, observan algo que se está llevando a cabo en la isla. Los tambores suenan con más fuerza y decenas de antorchas aclaran la oscuridad de la noche.


 

 

 

Todavía no saben que el gran movimiento que se vislumbra en la isla se debe a que Ann Darrow va a ser ofrecida en sacrificio a Kong.


 

 

 

Los indígenas abren la enorme puerta y atan las dos manos de Ann en dos columnas que hay al otro lado.


 

 

 

A bordo del Venture ya se conoce que Ann ha sido secuestrada y que puede estar siendo protagonista de la fiesta que celebran los indígenas en la isla. Salvo los que indispensablemente deben quedarse custodiando el barco, todos se prestan a ir en busca de la joven.


 

 

 

En ese momento, los indígenas están terminando de atar a Ann en el lugar que la tribu tiene destinado al sacrificio de mujeres a Kong.


 

 

 

A toda prisa, los indígenas que han atado a Ann a las dos columnas regresan al otro lado del muro antes de que la enorme puerta protectora se cierre.


 

 

 

La gigantesca puerta se cierra dejando a Ann Darrow a merced de lo que hay al otro lado de la muralla.

 

 

 

 

 

Toda la tribu sube a lo más alto de la muralla para conseguir un lugar de privilegio a la hora de presenciar el destino de la joven sacrificada.


 

 

 

El gran jefe de la tribu espera con especial interés el resultado de su ofrenda al misterioso ser desconocido hasta este momento por la dulce Ann.


 

 

 

En el centro de la muralla, justo encima de la enorme puerta, el jefe de los indígenas ordena hacer sonar un gong para avisar a Kong.


 

 

 

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Tras hacerlo sonar una segunda vez, en la oscuridad del otro lado de la isla se escuchan unos extraños ruidos que hacen helar la sangre de los más valientes.

 

 

 


Aterrada, Ann piensa que no puede ser posible lo que está viviendo.  Un gorila de enormes proporciones se planta ante ella.  Es la primera aparición de King Kong en la película.



 

 

 

 

A la enorme criatura, la "mujer de oro" tampoco le resulta indiferente.  Esta vez, los indígenas no le regalan alguien de la tribu como al parecer era habitual.


 

 

 


Ann no puede resistir tanto horror. Tiene al enorme gorila tan cerca que puede oler su fuerte olor y ver cómo la luz de las antorchas se refleja en su cuerpo peludo.

 

 

 

 

 



Ante unos segundos que a Ann se le hacen interminables, Kong (como llaman al gorila los indígenas) desata a Ann con una facilidad que demuestra que, para él, no es la primera vez.



 

 

 

 

Sin saber si lo hace como forma de agradecer el regalo o, simplemente desafiante, Kong se vuelve hacia los indígenas que contemplan desde lo alto del muro.


 

 

 

 

Eso ocurre en el momento en que llegan al poblado todos los amigos de Ann dispuestos a dar su vida por rescatarla de... quien sea.


 



Jack Driscoll corre hacia la puerta cerrada y, por el único lugar posible, contempla algo que le hiela la sangre.


 

 

 

 

El Capitán Englehorn y sus hombres llegan a la enorme puerta con el objeto de abrirla y correr tras el ser que se ha llevado a Ann en la oscuridad de la noche.


 

 

 


En cuanto la enorme puerta se abra, van a penetrar en un mundo totalmente primitivo y desconocido en el que puede aguardarles toda clase de peligros.




 

 

 

 

Pronto comienzan a encontrar en su camino toda clase de animales prehistóricos que creían estar extinguidos hace millones de años.


 

 

 


No cabe duda de que Skull Island (Isla Calavera) ha permanecido oculta entre la niebla del Océano Índico durante millones de años sin que el hombre civilizado pusiera el pie en ella.


 

 

 

 

Lucha entre Kong y un tiranosaurio que, vista hoy en día, puede parecer hecha con efectos especiales demasiado anticuados pero, no olvidemos que, en el año 1933 eran lo más avanzado y que, sin ellos, quizá nunca se habría llegado a alcanzar la perfección técnica utilizada en nuestro tiempo.


 

 

 

Uno de los mejores momentos de acción de esta película. Kong intenta arrojar al abismo a los hombres que intentan arrebarle a Ann.


 

 

 


Cada vez que abre los ojos, Ann se encuentra ante aquel enorme ser que con una sola mano le atrapa como si fuese un pequeño pájaro



 

 

 

 

Otro de los momentos épicos del film: La lucha con el pterodáctilo en lo alto de la montaña donde Kong tiene su guarida.


 

 


La lucha de King Kong con el pterodáctilo es aprovechada por Jack Driscoll para llegar junto a Ann e intentar escapar, pero el gran gorila se ha percatado de ello y tira de la cuerda intentando recuperar a la mujer de los cabellos dorados.


 

 

 

 

En ese momento, todo parece perdido para Jack y Ann y la única posibilidad de escape sería saltar al agua.


 

 


Mientras tanto,  al otro lado del muro esperan los supervivientes con el Capitán Englehorn y Carl Denham a la cabeza, aunque cada vez son más pesimistas con respecto al regreso de Jack Driscoll y Ann Darrow sanos y salvos.

 

 

 

 

 


Saltar ha sido finalmente la forma de escapar   Al llegar a la orilla, tienen que aprovechar la ventaja obtenida porque King Kong baja veloz desde su guarida en la montaña. La gran puerta de la aldea, es la meta donde esperan encontrar a los supervivientes de la expedición.


 

 

 

 


Exhaustos, Jack y Ann llegan hasta el muro donde les esperan sus compañeros.  Parece como si hubiesen olvidado que King Kong les viene pisando los talomes.


 

 

 

 

Jack Driscoll ha conseguido rescatar a Ann Darrow de King Kong. En ese momento, alguien grita desde lo alto del muro avisando que el gran gorila se acerca.


 

 

 

La población indígena, corre a ayudar a cerrar la puerta para evitar la entrada de King Kong. No olvidan el temor que le han tenido durante tantos años.


 

 

 

Enfurecido como está, King Kong abre la puerta. No hay fuerza que le detenga porque está buscando a la "mujer de oro".


 

 

 


Nunca había ocurrido algo así en el poblado.  Por primera vez, ni el muro ni la puerta han servido de mucho y King Kong sigue buscando a Ann.



 

 

 

 


En ese momento, se producen algunas de las escenas más duras de la película.  King Kong no duda en matar a quien le quiera impedir recuperar a Ann.



 

 

 

 


Desde el momento en que Carl Denham supo de la existencia de King Kong, atraparlo vivo ha sido su gran obsesión, lo cual consigue gracias a las bombas de gas que se trajo desde Nueva York.  La exhibición del gran simio puede ser más espectacular que la mejor de las películas de aventuas que podía rodar.


 

 

 

 


Una vez abatido King Kong, Carl Denham ordena construír una gran balsa con la que poder trasladarlo a bordo del Venture con destino a Nueva York donde será exhibido.


 

 

 

 

 

Un gran letrero luminoso anuncia: "KING KONG - LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO". La expectación es extraordinaria.


 

 

 

Antes de subir el telón, Carl Denham ha convocado a la prensa para hacer las primeras fotografías. También están allí, Jack Driscoll y Ann Darrow.


 

 

 

 

Como Denham suponía, la presentación de King Kong al público resulta ser todo un gran acontecimiento en Broadway.  Parte de los asistentes no puede disimular cierto temor cada vez que el gorila tira con fuerza de sus cadenas.  Denham les tranquiliza diciendo que es imposible que pueda soltarse por estar hechas para esta excepcional ocasión con un acero especial.

 

 

 

 


Pero los continuos disparos de flash de los fotógrafos de prensa ponen nervioso a King Kong que cree que intentan hacer daño a Ann.  De pronto, comienza a romper las cadenas que parecían estar hechas a prueba de cualquier tipo de fuerza.

 

 

 


Jack Driscoll ha decido ocultar a Anne en el interior de la habitación del hotel cercano al teatro pero, Kong, no tarda en dar con ellos. Jack intenta con lo poco que tiene a mano mantener a raya al gorila pero recibe un golpe perdiendo el sentido. Kong se lleva a Ann en la oscuridad de la noche de New York que hace recordar la del día del sacrificio en la Isla Calavera.


 

 

 


 

 

 

 


King Kong hace cundir el pánico en la ciudad produciendo considerables daños.  Su comportamiento es exactamente el mismo que aquella noche en la jungla cuando conoció a Ann, con la diferencia de que, allí, él era invencible.  El Rey Kong. Ahora, los enemigos son otros muy distintos y desconocidos para él hasta entonces.


 

 

 

 

Su intuición natural unida al deseo de proteger a Ann le llevan a escalar el edificio más alto de la ciudad: El Empire State Building.


 

 

 

 

Ann está volviendo a vivir el terror experimentado en "Skull Island", con la diferencia de estar sucediendo ahora en un lugar en el que jamás imaginó pudiera darse: Nueva York.

 


 

 

 

Los aviones serán la opción utilizada para derribar a Kong, con el riesgo que eso conlleva al encontrarse Ann Darrow tan cerca del objetivo.


 

 

 

 

Durante varios minutos, King Kong recibe impactos de proyectiles disparados por los aviones. También ellos sufren bajas provocadas por el mismo Kong.


 

 

 

 


Las ráfagas de metralleta disparadas desde los aviones están acabando con la vida de Kong.  La octava maravilla del mundo nunca debió ser sacada de su hábitat natural.  Antes de caer desde lo más alto del Empire State, se asegura de que su querida "mujer de oro" se encuentra protegida y le regala la última caricia.


 

 

 

 

En ese instante, Jack Driscoll y Carl Denham están llegando al lugar donde se encuentra Ann. Todo parece acabado. Para bien... y para mal.


 

 

 

 

Jack Driscoll y Ann Darrow por fin juntos y sin más peligros que la altura del emblemático edificio. No obstante, una triste sensación se apodera de ellos.  King Kong no tenía la culpa de nada de lo ocurrido. Nunca tuvieron que haberlo alejado de "Skull Island" (Isla Calavera).


 

 

 


Carl Denham trata de explicar al policía que no han sido los aviones los que han acabado con la vida de King Kong.  La belleza lo mató, tal y como decía aquel antiguo proverbio árabe escuchado al comienzo de esta gran película estrenada en el año 1933.  La mejor versión, sin duda alguna, de todas las que se han hecho hasta la fecha.



 

 

 

 

 

 

 

 

CURIOSIDADES VARIAS:

 

Excelente fotografía con gran parte del equipo de rodaje de "King Kong" con la bella Fay Wray al frente, entre Bruce Cabot y Ernest B. Schoedsack.


 

 

 



Merian C. Cooper y Fay Wray posando con un cartel de promoción de "King Kong".

 

 

 

 

 

Merian C. Cooper meditando sobre la variedad de fauna que poblará "Skull Island" (Isla Calavera) en el rodaje de "King Kong".


 

 

 

 

Excelente fotografía en la que posando con los extras que interpretan los papeles de indígenas de "Skull Island" podemos ver a Merian C. Cooper, Fay Wray, Ernest B. Schoedsack y, delante con traje blanco, Willis O'Brien, maestro inolvidable de los efectos especiales de esta gran película.


 

 

 

 

Excelente foto fija de un momento del rodaje en que King Kong consigue atravesar por primera vez en su vida el muro divisorio de "Skull Island".


 

 

 

Fotomontaje a partir de una foto fija del momento del rodaje en que King Kong consigue entrar en el poblado indígena.


 

 

 

Los directores de "King Kong":  Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper, hablando durante un descanso en el rodaje de una escena en la puerta del muro divisorio de "Skull Island" (Isla Calavera).


 

 

 




Foto izquierda: Willis O'Brien, artífice de los efectos especiales de esta película posando con la maqueta de la parte superior de "King Kong" que se destinaba a la obtención de primeros planos.  Foto derecha: Fay Wray, protagonista de "King Kong" junto al drector Merian C. Cooper, director, guionista y productor de esta mítica y legendaria película.

 

 

 

 



Fay Wray junto a Ernest B. Schoedsack en un descanso durante el rodaje de "King Kong".

 

 

 

 

 



Rodaje de la escena del sacrificio de la joven indígena a "King Kong".

 

 

 

 

 

King Kong (1933) - Fotografía de un momento del rodaje del sacrificio de Ann Darrow a King Kong, al otro lado del muro divisorio de "Skull Island".


 

 

 

 

Fay Wray, tomando medida de la longitud de una zarpa de "King Kong" en presencia de Merian C. Cooper.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Año 1933 - Fotomontaje de promoción de la película.

 

 

 

 

 

Aunque al parecer no se conserva fotografía de aquel día, fue el 2 de marzo de 1933 cuando se estrenó "King Kong" en el Radio City Music Hall de New York. Foto Archivo: Revista LIFE.


 

 

 

 



The Murphy Theatre - Wilmington (Carolina del Norte) - Proyección de "King Kong" - Año 1933

 

 

 

 

 



Estreno de "King Kong" en mayo de 1933 en el Pomona Fox Theater - Pomona (California).

 

 

 

 

 



Orpheum Theatre - Omaha (Estados Unidos) - Proyección de "King Kong" en el año 1933.

 

 

 

 

 



Orpheum Theatre - Wichita (Kansas) - Proyección de "King Kong" en el año 1933.

 

 

 

 

 



Proyección de "King Kong" en el Castro Theatre de San Francisco.

 

 

 

 

 

"King Kong" proyectándose en el CAPITOL - Carezco de datos sobre la locallidad exacta de esta sala.


 

 

 



Estreno de "King Kong" en el Scala Cinema de la localidad de Prestatyn (Norte de Gales).

 

 

 

 

 

Tráiler oficial:


 

 

 

 

 



KING KONG (1933)

Ficha artística:

Dirigida por: Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack
Año: 1933
Música: Max Steiner
Productora: RKO Radio Pictures
Reparto: Fay Wray, Robert Armstrong, Bruce Cabot, Noble Johnson, James Flavin, Sam Hardy, Frank Reicher

 

 

Para mí, será siempre la película de aventuras que todo director de cine que se precie debería visionar al menos cien veces, antes de decidirse a rodar un filme de este género. Con todos sus anticuados efectos e innumerables fallos, mantiene vigente un encanto especial que, hasta la fecha, nadie ha podido superar.

Recuerdo perfectamente la primera vez que pude verla. Fue en el Cine Actualidades, que se encontraba en el Pº.Independencia de Zaragoza, gracias a las reposiciones tan habituales por aquellos años. También recuerdo lo primero que hice al terminar la película: mirar el reloj. Yo no podía creer que cien minutos pudieran haber pasado tan deprisa.

Podríamos decir que esta película es la continuación lógica de "The lost world" (1925). Sus efectos especiales, que hoy en día pueden hacer reír a algún insensible descerebrado, son extraordinarios para su época, siendo la imaginación su mejor recurso. El guión es de una agilidad extraordinaria y, al contrario de lo que suele ocurrir con otras obras en las que el principal protagonista tarda bastante en aparecer en escena, en ningún momento se hace largo ni aburrido el viaje hasta la "Isla Calavera". Lo que sucede a continuación es ya CINE con mayúsculas: la llegada de la expedición en el momento de los preparativos para el sacrificio a Kong de una nativa; el impacto que produce la belleza rubia de Ann Darrow (Fay Wray) en el jefe de la tribu; el posterior secuestro nocturno de ésta, y la llegada del grupo rescatador justo en el momento de la aparición de King Kong, son una sucesión de emociones que ningún remake ha podido superar. Después, el delirio: una isla anclada en la prehistoria, envuelta en una niebla tenebrosa y llena de peligros se ve amenazada por primera vez por el peor de todos: el hombre. En pocos minutos, los perseguidores de Kong al rescate de la bella Ann, pasarán a ser perseguidos por el gran gorila cuando le arrebaten su último sacrificio humano; el único juguete que no rompió, la única muñeca que le ha hecho poner ojos de bobo; la causa de que, por primera vez en su vida, pierda el control y la fuerza: EL AMOR. El mito de "La bella la bestia" toma por primera vez cuerpo en la película, aunque ya nos lo había advertido el director al comienzo, cuando tras los títulos de crédito acompañados por la excelente partitura de Max Steiner se lee el maravilloso proverbio árabe.

Lo que viene a continuación todo el mundo lo ha visto alguna vez. La codicia y la estupidez humana convertirán a quien durante mucho tiempo había reinado en su hábitat natural, en un mono de feria. Después, el caos. El Nueva York de los años de la gran depresión ha recibido, sin comerlo ni beberlo, un nuevo problema. Las fuertes cadenas de acero no servirán para impedir que el gran enamorado recupere a su amada. Eso es amor y lo demás cuentos chinos. Pánico en la gran ciudad y la elección del mítico Empire State para buscar un lugar de protección. El gran gorila tenía su guarida en el punto más alto de la isla. Allí dominaba a sus enemigos y se sentía seguro. Allí no había aviones ni ametralladoras. Poco después: el más bonito y triste final de la historia del cine. En ese momento, hasta el culpable de todo, el productor Carl Denham (Robert Armstrong), reconoce que ha sido la belleza la causa de la muerte de la bestia.

Por favor, señores directores de cine: no se molesten en hacer nuevos remakes. El último. (Peter Jackson-2005), sin hacerlo del todo mal, no ha logrado igualar el encanto de esta maravilla de hace más de setenta años. De los anteriores más vale no hablar. Supongo que yo habré muerto cuando un nuevo director lo intente de nuevo, pero no me importa, porque estoy seguro de que no me perderé nada interesante.

Rafael Castillejo
"El desván de Rafael Castillejo"
www.rafaelcastillejo.com



Con mi agradecimiento especial a la siempre recordada RKO Radio Pictures, a Jerry Murbach (Dr.Macro), y Revista LIFE.