Orquesta de luto - Leopoldo Aragón

EL DESVÁN / Rafael Castillejo
Publicado en el suplemento "Artes & Letras" de Heraldo de Aragón


            El reciente fallecimiento del músico zaragozano Leopoldo Aragón me aconseja dejar para otra ocasión algo que tenía escrito sobre Charlie Parker, el genial saxofonista de Kansas City que revolucionó el mundo del jazz durante la década de los cuarenta.

            A diferencia que la de Parker, la carrera musical de Leopoldo Aragón estuvo siempre ligada a una vida familiar carente de escándalos y llena de buenos amigos que le profesaron cariño, admiración y respeto.

            Aunque siempre vamos a recordarlo junto a su inseparable saxo tenor, fue el violín el instrumento que Leopoldo eligió cuando era niño para estudiar una carrera que terminó en el Conservatorio de Zaragoza.  Seguidamente pasó a formar parte de la Orquesta Sinfónica de nuestra ciudad, entonces dirigida por Dimitry Berberoff.

            El bajo sueldo que allí percibía alternando el violín con la viola fue lo que impulsó a Leopoldo Aragón a estudiar, de forma autodidacta, un instrumento como el saxofón que más tarde le permitiría acceder a formar parte de orquestas destinadas a tocar en bailes, cafés cantantes y salas de fiestas.

            Eran aquellos buenos tiempos para la música en vivo y Leopoldo, con formaciones cuyos nombres tengo que omitir por cuestiones de espacio, pero  siempre junto a grandes profesionales, encadenó actuaciones durante años y, de paso, pudo conocer y disfrutar de géneros y estilos como el jazz y el swing.

            A finales de la década de los sesenta, optó por la estabilidad asentándose en nuestra ciudad.  Fue fundador de la Orquesta de Cámara Ciudad de Zaragoza y trabajó con algunas de las orquestas que mantenían en nómina las mejores salas de fiestas.

            Años más tarde, iban a ser los músicos profesionales unos de los primeros trabajadores en sufrir recortes.  El playback, esa música pregrabada con la que cualquier medio, empresario o artista podía disponer a cualquier hora de una orquesta, o de parte de ella, se convirtió en un enemigo para el gremio.

            El momento de la jubilación le llegaría a Leopoldo Aragón siendo profesor de saxofón y viola en el Conservatorio Municipal de Zaragoza.

            La última vez que coincidí con él, esperando a nuestras respectivas nietas a la salida del colegio, recordamos aquellos buenos tiempos para la música en vivo que él había conocido.  Muchos de sus alumnos, entre los que se encuentra su hijo Leo, también saxo tenor, no pueden decir lo mismo.  ¡Cuánto daño hizo a la música ese invento del playback!

            Descanse en paz, Leopoldo Aragón (MÚSICO).

 

Rafael Castillejo - Zaragoza, 14 de marzo de 2019