"GENTE MENUDA"

 

Cuando llegamos a Málaga en enero del año 1936, me faltaba un mes para cumplir los cinco años. He de decir para los incrédulos, que tanto mi hermano como yo ya sabíamos leer, y hasta escribíamos con letras mayúsculas, que las otras las aprenderíamos meses después. En honor de mi madre (madrastra…, fea palabra para una mujer excepcional) he de decir que fue ella la que nos enseñó a leer, y también los rudimentos de la escritura. En el fuerte había un cuarto, aula o como se le quiera llamar, destinado a lo que con el tiempo se denominaría de forma demasiado enfática “Extensión Cultural del Soldado”. Allí nos metía a veces mi madre y nos ponía “tarea”.

Por fin pude, no ya hojear “Gente Menuda”, sino leerlo a fondo. Alguien pensará, cuando lea lo que voy a decir, que mi hermano y yo éramos unos niños pijos que, siendo todavía unos críos, leíamos con entusiasmo todo lo que aparecía en la revista infantil, pero la realidad era que todo se presentaba para nosotros como nuevo, como sorprendente. Tanto manoseamos los dos tomos que acabaron hechos unos zorros, pero ya habían cumplido su misión.

He con seguido averiguar que una de las colecciones de “Gente Menuda” era de los años 1907, 1908…, la otra colección, más moderna, posiblemente publicados al principio de los años “1932, 1933, 1934…, sólo tenían una historieta en la última página. Recuerdo una que dibujaba Xaudaró, aquel gran dibujante que tenía una viñeta fija en ABC en la que siempre salía un perrito. La historieta de Xaudaró, hecha con trazo sencillo y hasta elemental, trataba de las aventuras de un centinela boer en la guerra que su pueblo mantenía con Inglaterra. En aquellos guerra, la simpatía del mundo, en general, estaba con los boers en contra de la poderosa Albión, y Xaudaró no era una excepción. Pero la revista era mucho más que esa página. Los excelentes dibujantes de “Blanco y Negro” ilustraban algunas de las secciones de la revista. Uno de ellos, Regidor, ilustraba unos “Relatos de Caza”, sección fija de amplio temario pues no sólo trataba de la caza, sino que lo mismo contaba leyendas americanas, como la del “Tucán”, o las andanzas de viajeros rusos por el Baikal. De esa forma muy pronto supe de la existencia de un lago en el Asia rusa, o la de un pájaro de bello plumaje y pico interminable llamado tucán. Otras secciones eran las biografías. Recuerdo la del Hugo de Moncada, Virrey de Nápoles que murió luchando con los franceses, o a Oquendo, que se las tuvo tiesas a ingleses y holandeses. La página central se reservaba para un cuadro histórico. Una rara influencia francesa hacía que la mayor parte de aquellos cuadros correspondieran a la Historia de Francia, así pude enterarme de que hubo una guerra, la franco-prusiana, o de las múltiples batallas ganadas por Napoleón y sus generales. Conservo por algún raro milagro, esas dos ilustraciones. Posiblemente, ningún joven (o viejo) que lea este libro haya oído hablar de ninguna de esas batallas o de sus generales. Esa ventaja les llevo desde hace más de 70 años.

También gracias a GENTE MENUDA me enteré de la existencia del Barón de Munchausen, pues la revista publicaba los relatos fantásticos de aquel Barón trolero con excepcionales dibujos de Junceda. Muchos años después conseguí un libro con las aventuras de este Barón dibujado por Gustavo Doré que, la verdad, no sabemos cuando dormía o comía este genial artista pues lo ha dibujado todo: La Biblia, La Divina Comedia, Las Fábulas de La Fontaine Jerusalén Libertada, El Paraíso Perdido, Gargantúa y Pantagruel, Las Cruzadas etc, siendo notables las ilustraciones para El Quijote y para Viaje por España. Pero es que nos hemos enterado que Gustavo Doré también tocaba el violín…

Es indudable que para la formación de mi “cultureta”, GENTE MENUDA fue esencial y, prueba de ello, es que jamás he olvidado aquella irrepetible revista juvenil (que no infantil). Lo que hemos conocido muchísimos años después, no es ni sombra de las que dieron nombre al suplemento de ABC. Era una época que, aparte de la circunstancia especial de mi hermano y mía, sin la existencia de televisión, ordenadores o móviles, lo que entraba por los ojos anidaba en el cerebro y ahí quedaba por los siglos de los siglos. Y es que hoy, una imagen quita inmediatamente el sitio a la precedente, imágenes que nos bombardean a diario por miles… para olvidarlas casi al momento, que hay que dejar sitio para el nuevo bombardeo.

 

Dos de las páginas centrales de Gente Menuda. Una de ellas se refiere al general francés Macard al que, al parecer, le molestaban las camisetas a la hora de combatir. La otra, María Antonieta antes de ir al cadalso.

 

 

Dos portadas de Gente menuda. Uno de los ilustradores es Regidor

 

UNA BREVE MUESTRA DE GENTE MENUDA

Gente Menuda tuvo varias etapas desde la aparición del primer número a principios del siglo XX, en todas ellas había diversas secciones, cuentos, relatos de caza, teatro infantil, historia, biografías, vida animal, flora…. Y no podía faltar la historieta

     

Fueron varios los dibujantes de historietas, uno de ellos era Xaudaró que dibujó algunas como la del centinela boer prisionero de los ingleses en la que estos les toca esta vez ser los malos. La otra está ambientada en zonas de esquimales, y en todas queda el trazo esquemático pero tremendamente eficaz del genial Xaudaró.

 

JESÚS FLORES THIES
Coronel de Artillería-retirado