DOS Y REPIQUETE

Por: Rafael Gazo Lahoz

 

El cartero igualmente golpeaba de determinada manera la aldaba o llamador mucho más grande del portal, daba un golpe para el primero centro y golpe con repiquete para el primero derecha, así que a nosotros nos correspondía el "dos y repiquete " ya que éramos los del segundo derecha. Entonces no había portero electrónico ni buzones en el portal y el cartero no subía a los pisos excepto cuando había telegrama o carta urgente. El golpeo del llamador grande por supuesto venía precedido de un buen y potente grito: "¡CARTEROOOO!". Todos permanecíamos atentos entonces al ritmo de los golpeos; dos y repiquete significaba correr escaleras abajo a por la carta. Si algún vecino no estaba, dejaba la correspondencia a cargo de otro o se la llevaba hasta el día siguiente. Entonces las cartas eran más escasas aunque solían significar noticias de familiares lejanos, los bancos raramente escribían y la propaganda postal simplemente no existía. El "dos y repiquete" solía significar que alguien querido se acordaba de nosotros, por lo que solíamos bajar los tramos de escalera con rapidez e ilusión.


Rafael Gazo Lahoz